sábado, 3 de marzo de 2007

IXX PONENCIA LA PRODUCCIÓN DEL ARTE PERUANO, SU CONSUMO Y PRESENCIA EN LOS MEDIOS".

Ponencia de Myriam Reategui
Actriz, Directora y Profesora de Arte
Directora del Centro Cultural Nosotros.

La producción Teatral en el Perú, su consumo y presencia en los medios.

Empezaré por exponer un poco acerca de política cultural y como se inserta el tema que me toca tratar.
Podríamos definir una política como un conjunto de medidas y acciones destinadas a obtener un objetivo determinado. Una política cultural, entonces, podría ser el conjunto de medidas y acciones orientadas al desarrollo de la cultura. Sin embargo, ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de cultura? Por lo general suele decirse cultura cuando en realidad se está haciendo mención al arte. Pero el arte es sólo una parte de la cultura. La cultura es el conjunto de los logros intelectuales, espirituales y materiales del ser humano. Es decir, todo aquello que no es naturaleza. El arte es cultura, pero también lo son la ciencia y la tecnología, el deporte, las costumbres, las tradiciones.

Una política cultural debería tener por objetivos la preservación de los valores culturales de un pueblo (es decir, sus logros materiales, intelectuales, espirituales, artísticos), a la vez que fomentar su desarrollo. Esto tiene que ver con el concepto de identidad cultural, concebida no sólo como aquello que nos diferencia de los demás, sino como aquello que nos une, nos da un sentido de pertenencia. No obstante, es necesario no concebir la identidad cultural como algo estático, pasible de ser conservado en un museo, sino como algo dinámico, en permanente movimiento y transformación, como lo es la multiculturalidad que nos caracteriza.

No hay un único portador de políticas culturales. Los son los gobiernos nacionales, municipales, regionales. En definitiva, en esta concepción amplia de cultura, la política cultural debería ser una preocupación permanente de cada individuo nucleado en distintas iniciativas ciudadanas organizadas.
La preservación y mejora de las condiciones de nuestro lugar de residencia, la creación artística, la preservación de espacios verdes, la limpieza, el control del ruido, la ecología en definitiva -entendida como la relación existente entre el ser humano y la naturaleza o su entorno- es algo que debe preocuparnos a todos, y no podemos dejarlo exclusivamente en manos de los gobiernos.

Desde los gobiernos se puede fomentar la actividad artística a partir de la generación de infraestructuras que optimicen su realización. Salas de exposiciones, teatro, música, danza, etc. Incluso centros de preservación, como museos, bibliotecas, archivos. Pero también a partir de la asignación de recursos de incentivo al arte. Lamentablemente en el Perú no se da ningún incentivo para el desarrollo del arte. El artista vive en estado de orfandad, olvidado por los gobiernos, marginado y excluido del sistema social y económico.

A esta situación se suma la carencia de espacios donde desarrollar la actividad artística. Dos o 3 teatros equipados como deben ser (con luces, tramoya, etc.,) para 9 millones de habitantes de Lima, es una situación sub-realista. La mayoría de espectáculos se desarrollan en huecos, la calle, plazas, casas, habitaciones, techos, parques, cementerios, hospitales, salones, clubes, etc., y en 4 ó 6 pequeños auditorios o teatrines.
De allí que el fomento de las artes sea una actividad totalmente independiente en nuestro país, por lo tanto vulnerable, sujeta a desaparecer o ser ignorada sino son los mismos artistas quienes luchan por su sobrevivencia y presencia.

Ahora bien, ya hablando sobre el motivo de la ponencia, una política hacia el arte (parte integrante de una política cultural) debería partir del reconocimiento de que todo individuo puede ser consumidor, pero también productor de arte. Porque la satisfacción de las necesidades espirituales del individuo no se realiza solamente a través del consumo, sino también de la generación de bienes artísticos, de la práctica artística. La ignorancia de este hecho es seguramente el causante de la poca importancia que se otorga al arte en los programas educativos, primarios, secundarios. No sólo no se aprovechan los valores educativos del arte, sino tampoco se educa para una mayor familiaridad con la generación de arte, ni siquiera para la mejor comprensión del fenómeno artístico.
Una política hacia el arte, finalmente, también tiene que ver con la preservación y fomento de la identidad cultural.

Sin una Política Cultural, se afecta por un lado a la comunidad en general, no hay oferta en servicios y bienes culturales, no crece el sector laboral artístico, no hay producción ni demanda cultural y acarrea problemas al desarrollo social y espiritual de la población.

De otro lado, afecta directamente a la producción artística. Producir privadamente un espectáculo es un esfuerzo fuera de lo común y un riesgo económico que en la mayoría de casos lucha por recuperar lo invertido. En Lima las producciones teatrales profesionales, por su costo de producción, tienen el auspicio de Universidades, Instituciones culturales extranjeras, o empresas privadas (muy pocas). Por lo tanto muchas de estas obras responden a un tipo de repertorio que eligen productores y auspiciadores.

Entonces, ¿con que garantías cuenta un Productor teatral y que garantías tienen los actores y técnicos cuando la inversión es privada?

Ambos tienen pocas garantías. No es igual que invertir en una bodega. La inversión es difícil porque no hay políticas que promocionen la cultura y el arte como una actividad beneficiosa y rentable que ocupa un espacio económico y social, al igual que un hospital y sus médicos o una escuela y sus maestros. Tenemos la Ley del Artista, pero resulta poco eficaz tal como se desarrolla la producción artística. Contribuyen a mantener este cuadro de desinformación, precisamente los medios de comunicación.

Actualmente producir es un riesgo empresarial que promociona la obra artística como un producto de consumo que tiene que venderse en un tiempo corto, para recuperar la inversión, con lo cual los costos para el consumidor (publico) se elevan.
Para los actores es también un riesgo, porque generalmente ellos se involucran en el devenir de la Producción teatral, pendientes de factores externos que pueden hacer peligrar la estabilidad de la temporada, y puede variar su salario, su permanencia, su seguridad. En esas condiciones no puede indagar solo en el lenguaje teatral y creativo, y la calidad del producto puede resentirse.

En resumen: la política cultural debe estar dirigida a dos sectores: a la comunidad, garantizando una inclusión social, y a los trabajadores de la cultura, permitiéndoles una inclusión económico-social.

Si hablamos de inclusión, de presencia y posicionamiento tenemos varias preguntas que ustedes mismos pueden reflexionar para generar otras preguntas.


¿Está presente la Producción Teatral en los medios de comunicación?
¿Cómo intervienen los medios para el acercamiento o alejamiento del público hacia el teatro?
¿Cómo publicitamos una obra teatral o un hecho artístico?
¿Qué actitud tienen los medios respecto del producto artístico-teatral?

Al respecto quiero exponer con un video, un panorama sobre el tema de la ponencia: “La producción Teatral en el Perú, su consumo y presencia en los medios”.

(Sigue el video. Son una serie de entrevistas a personas de toda edad en espacios y distritos diferentes que revelan el conocimiento que tiene el público del Teatro como producto cultural, su consumo y su relación con los medios.)

Después del video, responderé a las preguntas.

02 Marzo, 2007

Necesidades Técnicas: Proyector de Video para pantalla de 16 DVD ó Mini-DV.

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